Las estrellas tienen energía y luz propia, pueden ser de múltiples tamaños y brillar con intensidades diferentes pero nunca se olvidan de salir, porque, pase lo que pase a su alrededor, nunca dejarán de ser estrellas...

domingo, 6 de mayo de 2012

El día de mi madre.

Aunque tenemos tendencia a pensar que el día de la madre lo han inventado los grandes almacenes para vender más, lo cierto es que no es así. La conmemoración oficial del "Día de la Madre" se remonta a los tiempos de la antigua Grecia cuando Rhea era la gran madre de los Dioses. A lo largo de la historia se van encontrando manifestaciones de esta celebración, por ejemplo, en la Inglaterra del siglo XVII se celebraba el "servir de domingo", día en que las sirvientas iban a sus hogares a visitar a su madre y festejaban el encuentro con una torta. Aunque no sería hasta el siglo XX cuando esta celebración recibiría un carácter oficial de la mano de Anna M. Jarvis, una profesora americana que, tras un encuentro familiar con motivo del tercer aniversario de la muerte de su madre, tuvo la idea de dedicar un día a todas las madres y, finalmente, el 10 de mayo de 1908 se celebró esta fecha públicamente. Desde entonces, se ha convertido en una conmemoración muy extendida por todo el mundo.

Para mí no deja de ser un día como otro cualquiera, un día en el que hablo con mi madre como siempre y le digo que la quiero como todos los demás días. Pero lo cierto es que hoy voy a aprovechar para decirle que la quiero, una vez más.
Mi madre, Fina.
Cuando era pequeña y tenía que ir al centro de salud a que me hicieran una analítica, mi madre me despertaba muy temprano, cuidadosamente, y me decía: hoy no hay cole! Después de pasar por el mal trago y demostrar, una vez más, mi miedo a las agujas, me llevaba a desayunar churros con chocolate para que se me pasara el susto. Recuerdo perfectamente que, a pesar de pasar tanto miedo, aquellos días de revisiones infantiles eran días felices; allí, con mi tazón de chocolate caliente y la sensación de estar absolutamente protegida por los cuidados y las caricias de mi madre, que no se separaba de mí ni un momento. 

Muchas historias como ésta y otras muy diferentes han marcado mi vida, me han definido como persona y, en todas ellas, siempre aparece mi madre. Gracias mamá, por todo, por no perderte ni un festival del colegio, por escuchar mis historias, por dejarme volar sola, por recogerme cuando estaba perdida, por estar siempre ahí. Te quiero.

Así que yo creo que para homenajear a una persona especial, no es necesario ningún regalo de gran valor, es suficiente ofrecer algo simbólico: una flor del jardín, una postal, un poema...o un simple abrazo afectuoso, un beso, unas palabras de ternura, de reconocimiento...un simple gesto para que se sienta querida.

Este es mi homenaje para ti, mamá, aunque todos los días, son tu día.



1 comentario:

  1. Ahora, ya se escribir aquí. Muchas gracias por este precioso regalo, tengo la hija mas maravillosa del mundo, no tengo palabras para explicar lo que siento , te quiero tanto como estrellas hay en el firmamento y deseo con todo mi corazón que seas la mujer mas feliz de este mundo TÚ TE LO MERECES TODO.
    Fina

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