Las estrellas tienen energía y luz propia, pueden ser de múltiples tamaños y brillar con intensidades diferentes pero nunca se olvidan de salir, porque, pase lo que pase a su alrededor, nunca dejarán de ser estrellas...

martes, 22 de mayo de 2012

Cuando la publicidad era arte.

El domingo pasado estuve en el Centro Cultural Bancaja visitando la exposición 1900. El origen del arte publicitario. La muestra recoge una selección de un centenar de carteles publicitarios, pertenecientes a la colección del Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), firmados por 46 artistas internacionales y españoles, que protagonizaron la irrupción de esta tendencia artística a finales del siglo XIX y principios del XX.
Nosotros realizamos una visita guiada (altamente recomendable) que nos permitió entender el origen del cartel moderno, de su auge como elemento artístico y de la creación de los primeros mensajes publicitarios. En el recorrido por los diversos carteles dispuestos a lo largo de la exposición, destaca una visión irónica de la realidad, con cierto aire caricaturesco, y la inclusión de imágenes alusivas a la aparición de nuevos fenómenos sociales, como el uso del automóvil o la utilización de la figura de la mujer como reclamo publicitario.

La mayoría de las obras pertenecen a la corriente artística del Art Nouveau, modelo dominante durante la Belle Époque y encontramos creaciones de artistas internacionales tan importantes y representativos como Chéret, Mucha, Toulouse-Lautrec, Steinlen, Hassall, Bradley, Parrish o Penfield. Entre los españoles, los artistas modernistas Casas, Rusiñol, Riquer, Gual o Cidón.

Se puede disfrutar de una gran variedad de carteles diferentes pero todos ellos plasman perfectamente las señas de identidad de este nuevo arte urbano. Destaco los que a mí más me gustaron, aunque es difícil quedarse con unos pocos porque todos merecen la pena.

"Bieres de la Meuse", de Mucha.
Es el cartel litográfico más representativo de Mucha donde la figura central es una mujer, de largas y sueltas cabelleras, que acaricia una jarra de cerveza.
Fue uno de los carteles que más me gustó por sus colores cálidos y la ornamentación que enmarca a la mujer; son elementos de la naturaleza, flores y otras formas de tipo orgánico que definen un decorado recargado. Me llamó la atención la tipografía porque se mezclan letras mayúsculas con minúsculas que varían tamaño.


May Belfort, de Toulouse-Lautrec. El verdadero nombre de esta cantante irlandesa era May Egan; sus primeros pasos los dio en Londres, trasladándose a París donde actuó en todos los locales de moda y allí Toulouse-Lautrec le realizó este cartel.
May se presenta en esta obra con su típica túnica, ataviada como una niña ya que con su voz suave interpretaba canciones infantiles con letras de doble sentido, sosteniendo un gato negro en sus manos. Este cartel no es de los más famosos de Toulouse-Lautrec, que destacó por su amplia representación de la vida nocturan parisina.


Tournée du Chat Noir, de Steinlen. Le Chat Noir (El gato negro) fue un cabaret del siglo XIX ubicado en el barrio parisino de Montmartre. Obtuvo éxito gracias a la introducción del piano en el café (ilegal en aquella época) pero especialmente debido a su famoso teatro de sombras. Consistía en proyecciones de siluetas de cinc que eran iluminadas por luces de colores sobre una pequeña pantalla mientras se acompañaba con música de piano. 
Este cartel publicitario, en el que Steinlen representa con gran ingenio la figura de un gato negro (en alusión directa al nombre del cabaret) como si fuera una gran sombra china, se ha convertido en un icono parisino. Sus reproducciones son una imagen omnipresente que asalta al turista desde el momento en que pone el pie en Paris. De hecho, yo lo tengo en versión imán en la nevera...


Cartel para el Sanatorio de sifilíticos del doctor Abreu, de Ramón Casas. Casas fue uno de los precursores del cartelismo artístico en Cataluña y resolvió el encargo con singular maestría, sirviéndose de elementos tan expresivos como sutiles.
El cartel está claramente dividido en tres partes, consta de un título en la zona superior, una imagen de una mujer en el centro y una leyenda en la zona inferior, donde se ofrecen los datos de la clínica que se publicita. Nos llamó la atención que todas las "s" que aparecen en el cartel tienen forma de serpiente, supongo que aludiendo a la peligrosidad de la enfermedad. Impacta leer en primer lugar SIFILIS, aunque realmente es la mejor forma de llamar la atención.


Cigarrillos Paris, de Aleardo Villa. Un cartel emblemático ganador de un concurso convocado por el industrial Manuel Malagrida y ganado por el italiano Aleardo Villa. En él aparece una mujer estirada con un generoso escote y una expresión de placer en el rostro, como si el cigarrillo que se fuma no contuviera sólo tabaco (por la época fueron populares entre la alta sociedad los egipcios, unos cigarrillos que, se decía, contenían algo de opio).
Este cartel de principios de siglo XX me impactó por la postura sugerente de la mujer, que a mí me parece un poco exagerada para anunciar cigarrillos, la verdad, aunque en esta época, la utilización de la mujer para fines publicitarios, lejos de considerarse reaccionaria, era entendida como expresión de libertad y atrevimiento.


La exposición, de entrada gratuita, puede visitarse todos los días (incluidos domingos y festivos), de 9 a 21 horas, hasta el 26 de agosto. Toda la información en la web de Bancaja, Obra Social.


2 comentarios:

  1. Ana, con este post me has conquistado completamente, soy amante del diseño gráfico, y los carteles de principios del S.XX me encantan!

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  2. gracias!!!! m encanto la exposicion, q pena q no ests x aqui xa volver a ir juntas. un besazooo

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